[Una sombra de irritación cruza brevemente su rostro-- no está de humor para que un mocoso venga a darle sermones. Un idealista por sobre todo. Pero lo que termina haciendo es... echando la cabeza hacia atrás en una carcajada.]
¡Eres una delicia! Oh, ser niño de nuevo... [Se pone un poco más serio, aunque no deja de sonreír, mostrando los dientes.] ¿Una guerra, dices? De donde vengo, si mortales e inmortales entraran en verdadera guerra, los cuerpos de hombres, mujeres y niños cubrirían toda la tierra en un asunto de días.
[Hace un gesto como una floritura hacia el cuerpo que sigue tirado frente a él.] ¿Crees que un sólo muerto es crueldad? En realidad es misericordia. Elijo la misericordia cada día que no bebo más sangre de la que necesito.