[Sí, la verdad es que su cuerpo está algo helado. Más todavía si considera que al sentarse en tu pierna ha tirado al piso la manta con la que se estaba abrigando.
Se retuerce un poco bajo tu tacto y aprieta la mano en tu muñeca mientras la otra se aferra a tu cabello. Tienes la ventaja de estar al tanto de sus cicatrices, lo sensible que es a ellas.]