[Acá hay una maga dueña del bar que gracias a su magia pudo limpiarlo y secarli bastante pronto, y luego de revisar lo que quedaba intacto en sus despensas, decidió ser una buena samaritana (o el ángel del alcohol), y salir a repartir lo que se salvó con la gente que parece necesitarlo más. Total, sigue siendo buena publicidad, y sus botellas son interminables, literalmente.
No completamente indestructibles tho, por lo que hubiera sido una tragedia si la que lleva en la mano se le hubiera caído al verte. Que casi lo hace.]