[Piensa para sí que, en realidad, si le podía pasar algo, claramente ya le pasó. No es que no note su buen humor, o su disposición más agradable hoy. Es sólo que... no le importa, y eso en sí mismo es parte del problema.]
... Bien, entonces. [Sonríe.] Te robaré un trozo, ya que me ofreces.