Al notar que las vendas están en tu poder, busca un banquillo en el que se pueda sentar y va a empezar a removerse el vendaje de la herida. Como imaginó, entre los movimientos bruscos que hizo por intentar zafarse de ti allá cerca de la piscina, se abrió algunos de los cortes que estaban suturados y empezó a sangrar.
Sin tener mucha opción, estira el brazo en tu dirección. Vas a tener que curarlo.]