[Lleva una mano a tu rostro, a pesar de que sabe que probablemente no reacciones, aunque sea sólo para asegurarse de que no estás helado. Acaricia apenas tu rostro, sintiéndose algo nervioso de pronto. ¿Y si no funciona...? No. Sacude la cabeza, descartando la idea, y luego exhala.]
Muy bien... aquí vamos. [Se inclina para besarte. Hora de la verdad.]