[Asiente, en silencio-- es bueno saberlo. Y parece distraído un momento, intentando imaginar lo que le propones. Tendría que atarte, por supuesto-- tal vez sobre una mesa, aunque no le agrade cómo eso se asemejaría a tu experiencia en el laboratorio. Y te quitaría el dolor, por supuesto-- no tiene punto una tortura eterna.
Casi puede verte tendido ahí, mirándolo sin verlo. Sin poder responderle. Sería como tenerte ahí, pero sin hacerlo, realmente. Siente una cosa dolorosa en el pecho al pensarlo.]
[...] Al menos tendría tiempo para poder encontrar una forma de matarte, eventualmente.