[Definitivamente no le da mucha confianza aquella gente con los ojos blancuzcos, simplemente tienen un aire desconcertante. Trata de decir algo más luego de leer la nota pero su lengua sigue sin cooperar y la visitante le insiste en voltear la nota para leer lo que hay en el reverso.]
Un sabio consejo dice que si uno no tiene nada amable que decir es mejor guardar silencio. :)
[Y sí no puede evitar rechinar los dientes un poco. ¡Por qué se siente como un niño regañado!]