[Parpadea, y retrocede un paso, sus propios ojos oscureciéndose cuando sus pupilas se dilatan, y siente sus colmillos crecer ante la amenaza. Pero se contiene, tanto de sisearte como de huir-- Y se obliga a recuperar la compostura, aunque cuando sonríe y te habla de nuevo, hay un temblor que más que de miedo, es de indignación.]
¿Quién es el incivilizado aquí, realmente? [Sí, escuchó eso último.] ¿Un traidor entre los suyos?