[Eso lo hace sonreír, y ya no es una de sus sonrisas educadas o encantadoras, sino que hay algo... monstruoso justamente en el brillo de sus ojos, en cómo brillan sus dientes a la poca luz que ofrecen las palabras.]
Ciertamente no esperaría menos. [Aprieta más tu garganta, intentando quitarte el aliento.]