[Y parece funcionar, porque no detecta nada sospechoso, incluso cuando vuelve a tomar tu pulso.
Bien, entonces. Se pone sus guantes con toda calma, y toma su bisturí, tanteando con su mano libre por tu pecho como lo haría un carnicero, sintiendo tu esternón y luego el punto justo debajo. Una sierra es muy ruidosa y aparatosa en estas circunstancias, así que tendrá que buscar acceder a tu corazón desde debajo de las costillas.]