[Se pone todo feliz cuando comentas sobre su té y rememora el mejor momento de su vida.]
Ahora que lo mencionas, más de alguno. Aunque varios de España y Francia también, las lágrimas de humillación derramadas por su [mocking french] Le Concorde son particularmente memorables y habría que brindar por ello con una nueva taza. Jamás le perteneció realmente, mind you.
Ah, también me robaste muchísimo oro, ye bastard, me molestó un montón.