[Eso lo hace mirarte de nuevo, y su expresión cambia apenitas, considerándote con nuevos ojos. Siempre es novedoso cuando alguien no lo trata con miedo, y aún más si lo desafían así. Termina sonriendo apenitas, aunque hay cierto brillo peligroso en su mirada.]
O tal vez tú tendrías uno para hacer juego con tu capitán. [Heh.] Entonces, ¿tú eres un pirata, también? [¿Y no estás sólo casado con uno?] Porque no te ves como uno.