[Sí, sí le gusta. Le gusta en contra de su buen juicio, probablemente. Porque sí le asusta, le asusta sentirse tan vulnerable de esta forma frente a ti, saber que no podría detenerte si intentas algo, pero a la vez... es fascinante, ver esto que también eres.]
[...] La curiosidad mató al gato, supongo. [Alza el mentón en gesto desafiante, lo que significa que expone más su cuello, donde ya empiezan a verse las marcas de tus dedos.]
¿Es eso lo que harás ahora? ¿Matarme? Adelante, entonces. Me tienes aquí, ¿no?