[Bueno... sí, tiene sentido, y no querría responderte algo que no fuera cierto, sólo por hacerlo rápido. Sería terrible para los dos, eventualmente. Aún así... no se siente justo.]
Jesús, soy un condenado desastre. [Vuelve a frotarse los ojos con una mano, antes de verte con gesto más decidido.] Tú me estás dando tiempo. Tiene que haber algo más que yo pueda darte, incluso si no puedo prometer exactamente lo que quieres ahora.