[Por aquí el dueño de la panadería tomó una pausa de atender para poder jugar con su perrita Bessie. El asunto es que cada vez que le lanza la pelota el mismo tiene que reprimir el impulso de salir a atraparla, ayUDA.]
... Esto es ridículo. [Sus orejas y cola de perro deben ser una buena explicación, en cualquier caso.]