Bien, sí. Eso es una mierda, no voy a decirte que no. Pero la parte divertida es que puedes detenerte. Cuando quieras, de hecho.
Kim, no tienes que seguir quemando tus puentes para pagar una deuda que nunca ha sido realmente tuya. Créeme que la gente que estamos del otro lado de esos puentes lo apreciaríamos.