[Escuchar eso la descoloca completamente, porque nunca te había escuchado así. No sabía que pudieras sonar así. Y algo en su pecho hace una cosa dolorosa, pero está demasiado enojada, demasiado dolida como para que eso la haga apiadarse de ti.]
[Así que sólo hace una pausa, en la que resopla apenas, y retrocede un poco.]
Sabes, es tan irónico. Ese día aquí, cuando casi estaba ahogándome con esas flores, tú me pediste que te dejara sordo para darme una opción. Tan caballeroso. De hecho me sentí aliviada. [Resopla de nuevo, sin humor.] Si tan sólo hubiera sabido que me habías quitado una opción mucho más importante mucho antes.