[Se acomoda primorosamente en su asiento, y te mira con una media sonrisa.]
Querido, te quiero muchísimo, y eres una de las personas más brillantes que conozco, si no la más, pero incluso tú tienes tus malos momentos, y ahora mismo podría pensar en uno o dos. [Bebe un poco más de su copa, y luego arruga la nariz.]
Ugh, necesito un cigarrillo para lidiar con todo esto. ¿No tendrás alguno, por casualidad?