Bien, es demasiado tarde, de todas formas, porque tuve que tomar el trono para evitar que tus Príncipes del Infierno intentaran iniciar el Apcalipsis de nuevo. [Grrr. Entrecierra los ojos y se adelanta un paso ella esta vez, lo que debe verse más amenazador de lo que uno esperaría de una adolescente menuda frente a un tipo de casi dos metros, siendo que sus manos siguen encendidas en llamas.]
¿A qué estás jugando, padre? [Dicho eso último con todo el desprecio y la ironía que puede, grrr dijimos.]