[Te mira un momento, como intentando comprobar que no estás mintiendo, y cuando decide que no, parece relajarse otro poco. Sí le sirve que seas honesto, para saber a qué estar preparado.]
Bien. [Asiente una vez, pareciendo algo más tranquilo, y vuelve a enderezarse sobre su silla.] Si eso cambia, dímelo.