[Se arrodilla y te lleva con el al suelo como puede, sin dejar de sujetarte. Te apoya ahí, dejando una mano en tu hombro, llevando la otra para apartar tu ropa, poder mirar la herida... que no deja de sangrar. Sí.]
... No te estás curando. [Reprime una maldición, presionando su mano contra la herida, para intentar detener el sangrado, sin mucho éxito porque. es grande...]