Sí. [Hace una pausa, y luego se adelanta a tomar una de tus muñecas con una de sus manos heladas, firme, buscando que lo mires.]
Pero, Eli. Si me matas, y sí te afecta más de lo que debería, si noto el más mínimo signo de incomodidad, no lo harás la próxima vez. Y si sospecho que me estás mintiendo, sin importar qué digas, el resultado será el mismo. ¿Entendido?