[Donde otra persona hubiera soltado alguna exclamación frustrada o algo por el estilo ante tu evidente negación, a él de pronto le brillan los ojos, y te mira con esa agudeza tan característica suya.]
[...] ¿Tú? Sólo he hablado sobre mí. [Se acerca un paso, deliberadamente lento.] ¿Por qué asumirías que también me refería a ti? A menos, por supuesto, que no estés tan seguro de ti mismo como quieres parecer.