[Te responde sin levantar la mirada de sus papeles.] Pasa que un superior va a abrir un espacio cultural y me pidió ayuda para armar los presupuestos: cuanto saldrán los arreglos [porque aunque lo arreglen con magia, debe pagarles algo a los brujos que ayuden], todo lo que debe pedirle al árbol para tenerlo en funciones, cuantos empleados necesita, la ganancia y como dividirla. Tener todo previsto es la diferencia entre un buen y mal negocio y mi superior lo sabe.