[Bueno, eso sí le hace reír levemente. Tu arisca amabilidad es suficiente.] Gracias, creo que no me vendría mal tomar algo caliente.
[Se aleja de la puerta y va a ir por la tetera y una taza. Da silencioso un sorbito mientras te escucha quejarte en voz alta.] Bueno, supongo que estaremos metidos aquí por algún rato. Habrá que tener paciencia.