[Lleva su mano a tu nuca, acercándote un poco, asintiendo.]
Eres mi hijo. No importa cuándo, dónde, o cómo, siempre lo serás. [...][Como les dijo la última vez que los llevó a dormir.] La familia es para siempre. Nunca podríamos realmente dejarnos, incluso si lo intentáramos.