[Vas a sentir una quemazón horrible en tu cuello, igual, mientras su magia sigue fluyendo.]
Pero como somos dos personas muy civilizadas [hah], te lo pediré de nuevo. [Acerca más su rostro al tuyo, sonriendo adorablemente, y habla con su tono más dulce posible.]
Johann, mi estúpido sirviente, ¿serías tan gentil de cortarte tu dedo por mí, por favor?