[Se queda muy quieto, y puede que se estremezca despacito al sentirte así de cerca. Pero no se aleja.]
... Sí. [Sube su mano hacia el cuello de tu ropa, y luego la apoya directamente sobre tu cuello.] Recuerdo muy bien esto, por ejemplo.
[Y al decirlo, su magia fluye por sus venas, y cuando aprieta tu garganta probablemente sientas una presión mucho más horrible que lo que él hubiera logrado sólo con su manita delicada.]