[Y él siente que está perdiendo su furia, y que lo único que le queda es el dolor en su pecho. Se inclina hacia ti, aún sujeto de tu ropa, temblando apenas, y sigue sonando ahogado, casi adolorido.]
... Sí. Escogiste lo que era importante para ti. [Tu reputación. Tu dios. No él.][...]
Hubiera sido tan fácil. Tan simple. [Estar juntos.] Pero seguiste sin mí. [Jadea un sonido roto.] Hubiera querido poder hacer lo mismo.