[Aprieta tu muñeca con fuerza suficiente como para tumbarte sobre la cama. Se sienta a horcajadas encima tuyo mostrando sus colmillos un poco más pronunciados.
Su agarre tiembla. Pese a que casi no tiene control de su impulsiva sed, una pequeña parte de sí le pide detenerse. Porque esto está mal y no tiene que romper la promesa que hizo de beber de alguien más...]