[Si tan solo no hubiera dejado de entrenar tan duro como lo hacía antes, hubiera tenido la agilidad para esquivar eso. Pero no, su vida no es tan bonita y le llegó de lleno a la cara.]
¿¡Qué te ocurre!? ¿¡Acaso tienes cinco años!? [Agarra el balón.] ¡No te metas con mi rostro!