[Está ligeramente sorprendido e impresionado, porque esta es una cara tuya que no hubiera imaginado antes, no por el modo en que se habían relacionado hasta ahora. Pero está bien, se ha enfrentado a personas peores antes, y no va a dejar que lo intimides, porque...]
Adelante. [Habla con la voz ahogada, boqueando y respirando agitado, doblándose ligeramente.] Haz lo que debas. No tengo nada que perder.
Pero no estoy obligando a nadie a hacer nada. Y tú deberías saber eso.