[Te ignora, ocupado contando sus costillas, y cuando reconoce el lugar que estaba buscando... levanta el cuchillo que todavía tiene en la otra mano para apoyar la punta ahí.]
Te dije que es tuyo. [Pero va a tener que dártelo él, aparentemente. Si no lo detienes, va a tomar el cuchillo con ambas manos y. enterrarlo en su pecho, no sin antes apagar sus nervios.]