[Ah. Y ella que pensaba hacer el intento para resolver cualquier duda.] De acuerdo. No digas que no lo intenté.
[Ríe bajito y se vuelve a sentar cerca tuyo. Pero como no le parece justo acaparar la única manta que hay por ahí, la estira para intentar cubrirte un poco con ella también.] Me sentiré culpable si te enfermas después.