[Reprime una sonrisa y se acerca para hablar contra tu oído.]
Y he usado mis poderes más veces en ti que en nadie. Imagina cuánto conozco de tu cuerpo. [Vuelve a rozar con sus dedos, con sus uñas, por tu pecho, apenas.]
Sé exactamente cómo se encienden tus nervios con el dolor. [Pausa.] Y con el placer, también.