Oh, tú sólo eres un ingrediente más, lad. No te sientas tan especial. [Camina con toda tranquilidad hacia atrás, para salirse de su espada. Y luego te la quita con toda calma también.]
Y definitivamente no necesito tu corazón para entretenerme contigo el resto de la noche. [Lleva la punta de la espada debajo de tu mentón.]
Me pregunto... ¿cuántas veces podrás perder la cabeza?