[Gruñe por lo bajo, con la voz ronca, dejándote hacer.]
Pirata. [Cierra los ojos un momento, considerando un momento más seriamente si acaso hay alguna posibilidad de que intentes detenerlo así, pero a menos que tengas tinta de pulpo, no ve cómo. Así que termina llevando su mano a tu espalda para empujar tu corazón así y volver a introducirlo en tu pecho.]