[Hablando de ese dueño del bar que anda por ahí reviviendo su fase emo de maneras cuestionables... Es probable que lo hayan visto por aquí y por allá, rondando el Árbol Mágico, deambulando por el bosque de noche, ocultándose entre las sombras para sorprender a voluntarios (o no tan voluntarios) que le ayuden a hacer crecer su reciente colección de corazones oscuros.
Lo bueno (y malo para todo el resto) es que ahora que no necesita dormir, tiene todo el tiempo del mundo para ser cuestionable de maneras creativas.]