[Te mira, pensando por un momento en el zumbido que regresó hace dos semanas, en que si sus ataques siguen el patrón en no mucho más de un mes va a volver a morir horriblemente, si no descubre antes cómo detenerlo, y...]
De maravilla. [Le da un golpecito a su tonto gorro.] ¿No se nota?