[Sonríe apenas un momento, antes de ponerse más serio.]
El maldito punto, como lo pones tan elegantemente, es brindarte una linterna y un mapa para que puedas aprender a recorrer por tu cuenta el camino de regreso desde la oscuridad.
Pero no te equivoques, Will. La realidad nunca debe, ni puede, ser dada por sentado.