Nunca debió serlo. [No se separa de donde está, aún hablando quedo, pero te está mirando con los ojos más brillantes de nuevo, intensamente.]
Tienes tanto miedo del resto, Eli, cuando debería ser al revés. Ellos deberían temerte a ti. Tú no deberías temerle a nada. [Hace una pausa, y sonríe imperceptiblemente.]