[Lo hace. Te siente así unos momentos, pensando también en lo cálido que eres, lo cómodo que se siente cuando está cerca tuyo, que sí es... agradable tocarte y abrazarte. Y por un lado odia la idea de darte de la razón, porque además es estúpido, pero al mismo tiempo se da cuenta que su orgullo se interpone en su camino de hacer algo que de hecho disfruta. De... darte a ti algo que también quieres, y te gusta. Le dijiste que te gustaba ese lado de él, incluso si a él no.]
[Cierra los ojos con fuerza un momento, intentando ignorar a la parte de sí mismo que simplemente le desagrada este tipo de vulnerabilidad... y luego suspira pesado, antes de terminar de deslizar su mano hacia tu abdomen, para poder acercarse más, y abrazarte por la espalda.]