[No, pero si te siente más de lo que ya te está sintiendo, tal vez se ponga a ladrar y despierte a Sydney. Así como es, ya está gruñendo amenazadoramente.]
[Le habla por lo bajo, pero en tono que no admite réplicas:] Regresa. [Eso hace que los gruñidos se detengan al menos, y el perro parece dudar. Gimotea un poco detrás de la puerta. Así que él insiste.]
Regresa con Sydney. [Shoo shoo. El nombre de la niña parece terminar de convencer al perro, que vuelve a gimotear un poco pero se va, sus pasos perdiéndose pasillo abajo. BIEN.]