Oh. Por supuesto. [Asiente, moviéndose para levantarse y separarse, con cierta dificultad, aunque la verdad es que es más por el espectáculo que nada-- casi puede ignorar el dolor de su herida. De todas formas te da espacio para que puedas ponerte los pantalones.]
[...] Sigo pensando que es notable la forma en que este lugar parece responder a ti.