[No se diga más. Tus palabras son una liberación, porque los malestares de su cuerpo ante una sed que supone no tener son sumamente persistentes.
Bruscamente te tumba sobre el piso sentándose sobre ti, sin esperar ser más discreta. Lame por instinto algo de la sangre en tu camisa previamente. No hay ningún corte visible, pero siente que debe hacerlo como una forma de disculparse por todo esto.]