Me da bastante igual qué apellido llegue a tener cualquier niño que pudiéramos tener, mientras tenga tu sentido del honor y la inteligencia de Napoleón... y mi gancho derecho.
No pienso casarme ni contigo ni con Napoleón en ningún momento, pero tengo tu anillo y con el dolor de mi corazón sacrificaré uno de los cuchillos que él me dio y creo que puedo hacer uno similar, así tengo algo de los dos. Pero, si en algún punto se puede en nuestro mundo, los dos deberían hacerlo para que yo pueda decir que soy su amante.