[A lo largo del día, este mago, pronto ex-director de la escuela, estará recorriendo la feria, animando a los estudiantes a exponer sus proyectos, y a las personas interesadas a acercarse, con su jovialidad y excentricidad de siempre. Se asegurará de que todas las mesas tengan deliciosos bocadillos, y misteriosos pero agradables refrescos, que todos los juegos sean interesantes, que todos participen y pasen un buen rato, y decidan acercarse a la escuela, como estudiantes o profesores.
Dejar esta escuela llena de vida es su manera de despedirse de este mundo que tanto le ha entregado, también. Porque el suave canto que Fawkes ha entonado las últimas semanas, revoloteando lento por el cielo, se lo advirtió, y el misterioso cuadro que ha aparecido ha terminado de confirmar sus sospechas: hoy es su último día en este mundo. Y sus huesos, ya cansados, lo reciben con alegría y alivio.
Así que dejará sus cosas en orden, regalará muchos calcetines y bufandas tejidos a mano, incluso muchos más de sus libros, intercambiará sus despedidas, y al final del día colgará su capa, guardará su varita en un cajón asegurado de su oficina, y se encaminará al cuadro y hacia el Más Allá, espera, de la mano de un niño que no deja de parlotear sobre las cosas curiosas que parlotean los niños, y que probablemente es muchas más veces sabio que él.
Y no hubiera escogido mejor compañía, ni mejor forma de irse.]