[Un perrito enorme, negro y peludo, que rasguña un poquito la puerta y menea contento la cola cuando lo ve a él, pero que parece ser suficientemente obediente como para no saltarle encima o salir corriendo hacia afuera.]
Tranquilo, Dol. [Te mira a ti, entrando un poco pero sin abrir del todo la puerta, lo suficiente como para que el perro sólo pueda verlo a él, y no a ti.] Espera un momento, por favor.