[Es su turno de que se le pongan rojas las orejas. Y ahora sí está molesto, y retoma tu ritmo anterior para alejarse lo mÁS RÁPIDO que pueda de ahí, pero casi como si sintieran su urgencia, más conejitos empiezan a aparecer en su camino, casi todos diciendo cosas, a tantas voces que a veces puede ser difícil distinguir qué dicen.]
[Le gusta besarte. Le gusta que lo acaricies. Le gusta tu risa. Quiere que lo adores--]